Para dejar de existir
bajo la aurora que rompe las olas dentro de tus manos
para no gritarle al viento
los cientos de segundos que se evaporan con tu temor.
Y si la melodía recorre los vértices
tus piernas tocaran el sol
y si las estrellas se funden
es señal de que tu destino se marchó.
Para dejar de existir
en la oscura gelidez que acurruca el caminar de mis pestañas
para no invernar
en las fisuras pulsantes del resonar
y si alguien viene
nadie seguirá la fluorecensia de la costa
y si nadie viene
dejaremos de existir para no gritar ni inventar...
para no negar.
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