20.10.16

Atravesar el mar

Se me acabaron todas las estampillas y sabes bien que no soporto la idea de que la carta tenga que viajar 8.740 kilómetros en línea recta hasta allá así que esta es la última que escribo, además el papel que me mandaste absorbe tan rápido la tinta que me da la sensación de que las letras van a desaparecer y a tus manos van a llegar páginas en blanco. De cierta manera sería sanador, o no? recibir páginas en blanco en un país nuevo donde nadie te conoce. Escuchando Twin of Myself me acordé de esa noche que tu electricidad entró por mis dedos, a veces la siento de nuevo como hormigueos mientras el mundo sigue girando y las horas siguen pasando y las cosas siguen sucediendo. Y mientra escribo no puedo creer que tu no me sucedas más, aún así te sigo adorando porque en algún momento del espacio-tiempo nuestras almas se coordinaron y pude susurrarte en las mañanas esos versos que tanto te gustaban, pudimos cocinar a las 4 de la mañana y usar la tina como cama, y hacer de los atardeceres el momento favorito para leernos algo al azar. El amor no siempre tiene que ser ese estar codo a codo en la vereda, a veces simplemente es otra cosa, es ese ir y venir burlándose de la distancia para reencontrarse con la piel que pareciera ser tu hogar.
Hoy me tengo que despedir.
Aquella ciudad siempre va a tener tu nombre.
Pinta el mundo entero, te adoro eternamente.

La Serena, 30 de junio de 2014.

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