19.10.16

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Después de que mis venas/arterias se convirtieran
por varios días 
en el puerto de entrada y salida de un millón de agujas/vías 
comencé a percatarme del espectáculo cósmico que se gestaba en la superficie cutánea de mis brazos. De un momento a otro
comenzaron a surgir; 
unas antes que otras o incluso de forma simultánea, 
galaxias de diversas tonalidades y formas, 
expandiéndose algunas, 
otras despareciendo poco a poco.
Por las noches 
fui capaz de escuchar llantos que anunciaban la llegada de nuevos seres a todas esas civilizaciones, llantos que también 
fueron signo del fin de muchas de ellas.
Hoy, 
después de ver cómo Alfa Centauri se esfumaba 
dejando solo polvo estelar cerca de mi codo 
me pregunto, 
¿seremos acaso 
un simple moretón 
en las extremidades superiores de algún Dios?

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